Atendiendo al mecanismo de erupción, según el conducto de salida, se han establecido tres tipos de erupciones: fisurales, centrales y submarinas.
En las erupciones fisurales el magma sale a través de un sistema alargado de fracturas, como ocurre en las dorsales oceánicas a lo largo de más de 70.000 km. En ellas se emite el volumen más importante de rocas volcánicas, los basaltos oceánicos. Se denominan también de “tipo islándico” por los ejemplares de mesetas basálticas que hay en esta isla. El bajo contenido en volátiles produce una erupción de baja explosividad. El vulcanismo de meseta basáltica y el de rift-valley africano también corresponde a este modelo.
En las erupciones centrales o puntuales, el foco emisor está muy localizado. Los distintos tipos se establecen, de manera clásica, atendiendo a la viscosidad y sobre todo, al grado de explosividad de la erupción. Esta clasificación tiene el inconveniente de que los volcanes pueden cambiar de modelo eruptivo a lo largo del tiempo. Según el grado de explosividad, la viscosidad de la lava y la morfología del relieve, se han distinguido varios tipos de erupciones.
- Hawaiano. La lava, de composición básica, es muy fluida y discurre en forma de extensas coladas. La desgasificación de las lavas es lenta, por lo que las erupciones no son violentas. Dentro del cráter puede formarse un lago de lava. Ejemplo: los volcanes de la isla de Hawai (Kilauea y Mauna Loa).
- Estromboliano. La lava es menos fluida que en el caso anterior. Suelen alternar episodios más o menos violentos con escape de gases y producción de piroclastos con coladas lávicas. Característico del volcán Stromboli, en las islas Lípari (Italia).
- Vulcaniano. La lava es muy poco fluida. Las explosiones son violentas, con nubes de piroclastos que suben a cierta altura y se alternan con largos periodos de inactividad. Ejemplo: el volcán Vulcano, en Italia.
- Vesubiano. Parecido al anterior, pero mucho más explosivo. El magma es tan viscoso que solidifica en la chimenea taponándola. Los gases acumulados pueden explosionar en su interior, formando una nube de piroclastos incandescentes que alcanza mucha altura. En la erupción del Vesubio, descrita por Plinio el Joven en el año 79 d. C., Pompeya quedó sepultada por una espesa lluvia de ceniza. Herculano, por su parte, sufrió una colada de fango (lahar), de todo tipo de material piroclástico y mezclada en este caso con el agua de lluvia. Algunos autores proponen el término pliniano para esta variante tremendamente explosiva.
- Peleano. La lava, muy viscosa, solidifica en la parte alta de la cámara magmática, impidiendo la salida de gases. La presión externa produce una violenta explosión que colapsa la estructura volcánica y origina una nube ardiente incandescente, que se desliza por las laderas a gran velocidad, con gran peligro para personas, vegetación, etc. Las rocas que resultan de la consolidación de una nube ardiente se conocen como ignimbritas. El Mont Pelée en la isla Martinica de las pequeñas Antillas, donde se destruyó la ciudad de San Pedro en 1902, constituye un magnífico ejemplo.
- Erupciones explosivas o freáticas. Cuando grandes masas de agua subterránea, marinas o continentales, se infiltran en la cámara magmática, se vaporizan violentamente. En este caso, la presión de vapor causa una explosión gigantesca que destruye la cobertura del volcán. La explosión del volcán Krakatoa (Indonesia) en 1883 fue un ejemplo de este tipo.
- Erupciones submarinas. Aunque son erupciones fisurales, se consideran aparte por el volumen de rocas que producen y por su importancia en la génesis de los basaltos. La tectónica de placas ha destacado la importancia de este tipo de erupciones. Sus características dependen del espesor de la columna de agua. Si la erupción es somera, adquiere un carácter explosivo y si es profunda, la presión del agua permite un vulcanismo muy tranquilo.
![]() |
Tipos de erupciones volcánicas según Holmes (1980) |
No hay comentarios:
Publicar un comentario